El ex campeón de la NBA e ícono del deporte estadounidense Shaquille O’Neal llegó a un acuerdo de 11 millones de dólares en una disputa legal relacionada con su colección de NFT llamada «Astrals». El acuerdo tiene como objetivo poner fin a una demanda colectiva en su contra por acusaciones de que el proyecto fue mal administrado o tergiversado.
La historia interna de la disputa entre Shaquille O’Neal y los inversores de Astrals
- Acusaciones de mala gestión: el proyecto Astrals, lanzado en 2022 en la blockchain Solana, prometía inmersión en un universo metaverso que combina arte digital y experiencias comunitarias. Sin embargo, varios inversores afirman haber sido engañados sobre la viabilidad del proyecto.
- Una demanda colectiva a gran escala: Los demandantes acusaron a O’Neal y sus asociados de utilizar su alto perfil para promover un proyecto que, según ellos, carecía de transparencia y supervisión, lo que resultó en pérdidas financieras significativas.
Las celebridades enfrentan los riesgos legales de los proyectos NFT
- Una nueva era de responsabilidad: el caso destaca la creciente importancia de la responsabilidad de las celebridades a la hora de promover proyectos Web3, especialmente cuando se trata de inversiones de alto riesgo.
- Precedentes preocupantes: Shaquille O’Neal no es el primero que se encuentra en esta situación. Varias celebridades, desde Paris Hilton hasta Logan Paul, se han visto envueltas recientemente en controversias similares en torno a las colecciones de NFT.
Oportunidades y riesgos de los NFT para figuras públicas
Oportunidades :
- Monetización directa de la notoriedad a través de proyectos innovadores.
- Creando comunidades comprometidas alrededor de una marca personal.
Riesgos:
- Acciones legales por infracciones percibidas.
- Daño a la reputación en caso de un proyecto mal ejecutado.
Conclusión
El acuerdo de 11 millones de dólares entre Shaquille O’Neal y los inversores de NFT de Astrals ilustra las crecientes apuestas en torno a los proyectos blockchain liderados por celebridades. En un mercado aún joven y poco regulado, todavía se requiere cautela por parte de las figuras públicas que quieran incursionar en él, así como por parte de los inversores atraídos por el aura mediática de estas iniciativas.