A medida que aumentan las tensiones entre las instituciones financieras estadounidenses y la industria de las criptomonedas, una voz interna de la SEC advierte sobre los riesgos de una regulación mal calibrada, comparable a un juego inestable de Jenga.
Un enfoque regulatorio criticado
- Las reglas cambiaron de un sector a otro: la estrategia actual es aplicar leyes diseñadas para los mercados financieros tradicionales al universo de las criptomonedas. Esto crea un desequilibrio jurídico, sin tener siempre en cuenta las especificidades tecnológicas y económicas del sector.
- Decisiones fragmentadas e inconsistentes: cada nueva acción de la SEC parece acumularse sin ninguna coordinación real. Según algunos observadores, esta acumulación de decisiones heterogéneas podría provocar el colapso de la estructura regulatoria, en lugar de fortalecerla.
Pide una reforma más estructurada
- Se espera una regulación a medida: se alzan voces que exigen un marco legal específico para las criptomonedas, adaptado a su funcionamiento descentralizado. El objetivo: proteger a los consumidores promoviendo al mismo tiempo la innovación.
- La necesidad de un consenso entre agencias: para evitar contradicciones, varios actores del mercado piden una mejor coordinación entre las autoridades estadounidenses: SEC, CFTC, Tesoro, etc. Un esfuerzo conjunto garantizaría una regulación consistente.
Oportunidades y riesgos
Oportunidades :
- Creación de un ecosistema regulatorio estable: una reforma bien pensada proporcionaría visibilidad duradera a las empresas.
- Generar confianza en los inversores: un marco claro puede atraer capital institucional.
Riesgos:
- Bloqueo de la innovación: una regulación excesiva o inadecuada podría obstaculizar el crecimiento del sector.
- Fuga de negocios al exterior: Un entorno hostil podría empujar a los principales actores a migrar a jurisdicciones más favorables.
Conclusión
La regulación del sector de las criptomonedas en Estados Unidos es un camino de equilibrio. Sin una visión de conjunto, cada decisión corre el riesgo de debilitar el marco regulatorio. Para evitar el colapso, el equilibrio entre rigor jurídico y flexibilidad tecnológica se vuelve esencial.