Si bien es cierto que las criptomonedas se han visto golpeadas en los últimos tres meses por las medidas reguladoras de China, el giro de 180 grados de Elon Musk sobre los pagos en bitcoin de los coches vendidos por Tesla y, más en general, por el clima de incertidumbre (véase la variante Delta) que sigue frenando las apuestas de los inversores por activos de mayor riesgo, también es cierto que en las últimas dos semanas algunas monedas digitales, como Ethereum, han empezado a remontar hacia niveles «precrisis».
La segunda mayor criptomoneda (y principal altcoin) por capitalización bursátil cotiza ahora a 2.765 dólares, un 54,8% más que su mínimo de 1.786 dólares del 20 de julio. Se trata de un ritmo sostenido, aunque los máximos de mayo de 4.080 dólares siguen estando fuera de su alcance. Pero, ¿qué factores están invirtiendo lo que ahora era una tendencia bajista consolidada, y podrían finalmente empujar a Ethereum por encima del umbral psicológico de los 3.000 dólares? He aquí tres.
1. Londres, la nueva mejora de la blockchain de Ethereum
Empecemos con la actualización de ayer de la blockchain nativa de Ethereum, London. Esta actualización incluye EIP-1559, un protocolo que revoluciona la forma de calcular las comisiones por transacción. A partir de ahora, estas comisiones, entre otras cosas, se quemarán parcialmente o se retirarán de la circulación, lo que tendrá el efecto de reducir la oferta de Ethereum y potencialmente inflar su precio. A largo plazo, además, el hard fork londinense podría conferir propiedades deflacionarias a la criptomoneda, un proceso largo pero que resultará «muy beneficioso» para los inversores, según revela Eric Conner, coautor del EIP-1559.
2. Las normas de Google sobre los anuncios de criptodivisas
Una mano amiga también viene de fuera. Google, que apenas en marzo pasado decidió poner fin a todos los productos vinculados (directa o indirectamente) a las criptodivisas, ha vuelto sobre sus pasos: desde el 3 de agosto, las empresas que operan intercambios y ofrecen carteras para almacenar bitcoins&Co. (en EE.UU.) pueden volver a anunciar sus servicios, pero con normas más estrictas. Esta marcha atrás «es una señal de que existe un interés general por las criptomonedas, y de que Google quiere formar parte de él», afirma Justin d’Anethan, de Eqonex. Cabe señalar, sin embargo, que Google ha cambiado repetidamente su estrategia en el frente cryptocurrency: por lo que incluso la nueva línea «abierta» puede ser sólo temporal.
3. Normativa invocada por la SEC
Por último, Bitcoin, Ethereum y otras altcoins podrían, inesperadamente, verse iluminadas por la regulación, es decir, la barrera normativa que, hasta ahora – especialmente en China – se ha leído más como un elemento disuasorio que como un acto de legitimación para el criptoespacio. Pero las cosas podrían cambiar. También porque las regulaciones -el último en invocarlas ha sido Gary Gensler, número uno de la SEC, haciéndose eco de la Fed y del Tesoro estadounidense- tienen realmente el potencial de dar a las criptomonedas esa credibilidad que allana el camino para que los inversores institucionales se involucren en el sector. La SEC podría desempeñar un papel decisivo en este sentido. En el Foro de Seguridad de Aspen, la SEC solicitó específicamente al Congreso mayores competencias para regular las criptodivisas en EE.UU..