Australia está experimentando una verdadera revolución en el campo de las criptomonedas, con un aumento espectacular en el número de cajeros automáticos de Bitcoin. En solo dos años, el país ha multiplicado por dieciséis su parque de distribuidores, situándose entre los líderes mundiales en este ámbito. Sin embargo, este rápido crecimiento ha suscitado preocupación por el uso indebido de esas máquinas, en particular para actividades ilegales como el blanqueo de dinero.
Impresionante Crecimiento de los Distribuidores de Bitcoin
Con aproximadamente 1,200 máquinas expendedoras de bitcoins instaladas, Australia ahora ocupa el tercer lugar en el mundo, justo detrás de los Estados Unidos y Canadá. El auge de los distribuidores de criptomonedas es una prueba del creciente interés de los australianos por los activos digitales. Las grandes ciudades como Melbourne y Sydney están a la vanguardia de esta tendencia, ofreciendo a los usuarios un fácil acceso a transacciones en criptomonedas. Esta rápida expansión se debe a la creciente demanda de los consumidores y las empresas, que buscan aprovechar los beneficios de las criptomonedas.
Los riesgos asociados con las máquinas expendedoras de criptomonedas
A pesar de su creciente popularidad, las máquinas expendedoras de criptomonedas se han convertido en objetivos preferidos para actividades delictivas. Se ha informado de que el uso de esas máquinas para transacciones ilegales ha aumentado considerablemente, con sumas de hasta 223 millones de dólares en actividades sospechosas. Las autoridades australianas, incluida la Oficina Tributaria de Australia (ATO), están intensificando sus esfuerzos para supervisar y regular estas actividades con el fin de prevenir el blanqueo de dinero y otros delitos financieros. Los cajeros automáticos de Bitcoin se utilizan a menudo para convertir efectivo en criptomonedas, lo que puede facilitar transacciones anónimas.