Si bien la inteligencia artificial ha alcanzado un hito decisivo con la popularización de los agentes conversacionales, la tecnología blockchain parece estar preparada para experimentar un punto de inflexión similar en 2025. Un ecosistema que se estructura rápidamente, una creciente adopción institucional y una explosión de casos de uso podrían convertirla en la infraestructura esencial del mañana.
Un aumento en los usos financieros
- Las monedas estables ganan terreno: el uso de monedas digitales vinculadas a monedas estables continúa creciendo. Cada vez más integradas en los pagos cotidianos y en las operaciones de tesorería corporativa, podrían convertirse rápidamente en un vínculo esencial en los sistemas financieros modernos.
- Los fondos de inversión tokenizados se están expandiendo: la llegada de nuevos productos financieros basados en blockchain, como los ETF de criptomonedas, ha cambiado radicalmente la dinámica del mercado. Estas herramientas facilitan el acceso a los activos digitales y contribuyen a su legitimidad entre los inversores institucionales.
Infraestructuras en plena transformación
- La tokenización gana terreno: desde los bonos hasta el capital privado, representar activos en forma de tokens se está convirtiendo en una estrategia cada vez más adoptada por las grandes instituciones. Promete una mejor trazabilidad, reducción de costes y una mayor automatización de los procesos.
- Los grandes bancos pasan a la ofensiva: los gigantes bancarios están acelerando el desarrollo de plataformas blockchain internas y servicios de custodia de activos digitales. Este movimiento ilustra una clara voluntad de adaptarse a un nuevo paradigma financiero, combinando innovación tecnológica y exigencias regulatorias.
Análisis: ¿Hacia una adopción similar a la de la IA?
Las señales son verdes para que la cadena de bloques experimente su “momento ChatGPT”: un cambio rápido hacia la adopción masiva. Las bases están sentadas, tanto en términos de tecnología como de regulación y uso. Sin embargo, esta trayectoria no está exenta de riesgos. La incertidumbre jurídica, la ciberseguridad y la volatilidad de los criptoactivos siguen siendo áreas importantes de vigilancia.
Conclusión
Si se cumplen las promesas, 2025 bien podría ser el año en que blockchain deje de ser vista como una tecnología de nicho y se convierta en una infraestructura central de las economías digitales. Al igual que el auge de la inteligencia artificial, este punto de inflexión podría redefinir permanentemente nuestra relación con las finanzas, la propiedad y la confianza digital.